Los amarillos mandaban al descanso 18-13 pero un nefasto arranque dio opciones a un Cangas que estuvo a punto de dar el susto en el Manguán. La seriedad amarilla en defensa mantuvo las opciones de un triunfo que se cerró para alegría de todo un pabellón enloquecido
Victoria. Lo más importante se cumplió. Tubos Aranda Villa de Aranda gana a Cangas en un partido poco vistoso, nervioso, pero tremendamente intenso (28-25) Dos puntos vitales en la larga carrera por la permanencia.
Primera parte de idas y venidos. Guión previsto, partido nervioso. Al 3-6 con el que sorprendió Cangas respondió un rabioso Villa de Aranda para empatar (6-6) y voltear el duelo con un 12-9 que tranquilizaba la atmósfera del Santiago Manguán.
Apareció Dalmau, exigido por las circunstancias y con necesidad de gol. La escuadra amarilla necesita del catalán y el catalán crece cuando se le necesita.
Menos de un tercio para el descanso y el duelo mantuvo los roles adquiridos con el paso de los minutos. Amarillos al alza, azulones en crisis. Sladkowski hacía el 15-11 y mantenía la nave en rumbo antes de llegar a un descanso con la escuadra de Javi Márquez seris entonada. Arias con el tiempo cumplido ponía la máxima del partido (18-13)
Sequía preocupante y reacción
Nefasto arranque de los de las Tierras del Duero echaron por tierra la renta alcanzada al descanso. Cangas remontó y empató 18-18
Rogonovs acababa con el calvario tras 12:44 minutos de sequía. Agua, oxígeno y ventaja mínima (19-18) Restaba aún todo un mundo. Solo fue desatascar el ataque y el partido fluyó para el equipo que más propuso y que más ambición tuvo en ir a por el partido.
La renta y la comodidad volvían a ser amarillas con tantos que alargaban el ataque y quedaban refrendados con la buena acción colectiva en defensa. «Hemos vuelto a ser ese equipo que queremos atrás», apuntaba Javi Márquez al término del encuentro. Esa defensa intensa, la confianza y la aparición de jugadores que deben tener su peso fueron claves.
Y en esas llegó una jugada que resumía el partido. Defensa agresiva en el costado izquierdo de Cangas y mágica acción de Asier Iribar para perforar la escuadra gallega poniendo el 23-20 a falta de ocho minutos para el final. Fue el aldabonazo definitivo para lograr una victoria. Un triunfo que se cerraría con el 28-25 final. Y oxígeno para un Tubos Aranda que vuelve a ganar, suma la cuarta victoria del curso y supera a otro rival directo. Noche en amarillo.
